La próxima grabación que voy a realizar junto a Alwin van der Linde surge del deseo compartido de explorar un territorio sonoro propio, sin etiquetas ni limitaciones. Nuestro encuentro parte de la escucha mutua y del diálogo constante, en el que cada gesto, cada resonancia y cada silencio encuentran un lugar dentro de una narrativa abierta.
En esta sesión, la percusión y la electrónica se convierten en vehículos para una búsqueda que no pretende ofrecer respuestas cerradas, sino abrir caminos. Nos interesa la tensión entre lo sutil y lo intenso, entre lo íntimo y lo expansivo, entre lo planeado y lo inesperado. Lo que grabamos no es solo música: es también un testimonio del instante, una huella de un proceso vivo que seguirá transformándose cada vez que volvamos a tocar juntos.
Para mí, esta grabación representa la oportunidad de compartir un espacio de riesgo y de libertad, en el que la complicidad con Alwin se traduce en sonidos que emergen de manera orgánica. Más que un producto terminado, es una invitación a escuchar con nosotros, a entrar en ese viaje donde lo imprevisible se convierte en horizonte y la música es, sobre todo, encuentro.

